Terror y Misterio

El mayor misterio del universo es el ser humano mismo.

Candle Cove: el programa infantil que nadie puede probar que existió

Si hablamos de mitos oscuros en internet, Candle Cove es, sin duda, uno de los más perturbadores. A diferencia de muchos creepypastas nacidos directamente en la red, este caso surgió como una aparente coincidencia: una simple conversación en un foro que terminó convirtiéndose en una de las leyendas más inquietantes de la cultura digital.

Todo comenzó en 2005 con un post publicado por un usuario llamado Skyshale033 en el foro NetNostalgia. Su mensaje decía:

“¿Alguien recuerda este programa infantil? Se llamaba Candle Cove. Tenía 6 o 7 años cuando lo veía, por ahí de 1971 o 1972. Vivía en Iroton (Ohio) y recuerdo que lo pasaban como a las 4:00 de la tarde. No he encontrado ninguna referencia sobre él.”

Esa simple pregunta fue el detonante. Pronto, otras personas comenzaron a responder, afirmando que también recordaban Candle Cove: un extraño show de marionetas sobre piratas, transmitido brevemente en canales locales durante los años 70.

Un usuario, mike_painter65, escribió:

“Me parece muy familiar… ¿era de piratas? Recuerdo una marioneta en la entrada de una cueva hablando con una niña. El personaje principal era un pirata llamado Percy.”

Según los recuerdos compartidos, Candle Cove tenía una producción muy limitada: las marionetas eran inquietantes, hechas con partes recicladas y con un aspecto perturbador. El pirata Percy, por ejemplo, tenía una cabeza de porcelana que no combinaba con el cuerpo, lo que le daba una apariencia siniestra.

La protagonista era una niña que en sus sueños se embarcaba en aventuras junto a piratas. Viajaban en un barco llamado Laughingstock (“la burla”), una embarcación parlante con una enorme boca que decía con voz profunda:

“Tienes… que ir… más… profundo.”

Aunque se trataba de un programa para niños, la atmósfera era todo menos infantil. Uno de los personajes más recordados era el villano conocido como El Arrancapieles, una figura construida con dientes y un manubrio a modo de bigote. Su capa, supuestamente, estaba hecha con piel humana, arrancada de niños.

A lo largo del hilo, más usuarios comenzaron a compartir sus propios recuerdos. Nadie pudo aportar pruebas concretas: ni grabaciones, ni imágenes reales, ni registros de transmisión. Y sin embargo, muchos aseguraban haberlo visto.

Uno de los mensajes más inquietantes del hilo fue este:

“Le pregunté a mi madre si recordaba Candle Cove. Me dijo que me quedaba viendo la televisión, sintonizado en un canal muerto… solo estática. Decía que yo insistía en que estaba viendo un programa sobre piratas.”

Así, Candle Cove pasó a formar parte del folclore del internet moderno. Una historia que demuestra lo poderosa que puede ser una narrativa cuando se mezcla con la nostalgia, la sugestión y el miedo a lo desconocido.