La Humanidad No Se Originó En La Tierra
En el inabarcable y misterioso universo que nos rodea, muchos de nosotros hemos sentido en algún momento una sensación de desconexión o desubicación, como si de alguna manera no perteneciéramos plenamente a este planeta. No estamos solos en este sentimiento, según postula el Dr. Ellis Silver, un prestigioso ecólogo de Estados Unidos. Su audaz teoría sugiere que la humanidad no es en realidad originaria de la Tierra, sino que hemos sido «visitantes» traídos desde algún otro rincón del universo, posiblemente hace entre 60.000 y 200.000 años.
En su intrigante libro «Los Humanos no son de la Tierra: Una evaluación científica de la evidencia», el Dr. Silver presenta una serie de argumentos y evidencias que apoyan esta extraordinaria propuesta. No es una simple conjetura: enumera 13 hipótesis y 17 factores distintos que apuntan hacia la idea de que nuestra especie puede tener un origen extraterrestre.
Uno de los puntos que destaca es la relación aparentemente problemática que los humanos tienen con el sol. Aunque se nos reconoce como una de las especies más avanzadas evolutivamente en la Tierra, muchos de nosotros exhibimos una notable sensibilidad a la luz solar, algo que no se observa en la mayoría de las otras especies terrestres. Además, hay varios elementos naturales que, pese a ser originarios de nuestro planeta, causan en nosotros múltiples enfermedades y alergias. Estas peculiaridades, ¿no podrían ser señales de un origen foráneo?
Silver no se detiene allí. Se sumerge en el análisis de nuestras características fisiológicas únicas, como la prevalencia del dolor de espalda en muchos adultos. Propone que este tipo de dolencias podría ser una reminiscencia de nuestra evolución en un ambiente con una gravedad diferente. Además, las complicaciones asociadas al parto en humanos, debido a la desproporcionada cabeza de los recién nacidos, no encuentran paralelo en otras especies terrestres, lo que añade más misterio a nuestro origen.
Si bien otros seres vivos en la Tierra, particularmente ciertos reptiles, parecen perfectamente adaptados para absorber y disfrutar de la luz solar durante extensos periodos, nosotros parecemos estar en desventaja. El Dr. Silver argumenta que nuestra adaptación es subóptima, sugiriendo que quizás esos reptiles sean los verdaderos nativos de este planeta.
Adicionalmente, nuestra propensión a ciertas enfermedades y nuestro ritmo circadiano, que parece estar diseñado para días más largos que los de la Tierra, añaden más leña al fuego de esta teoría.
Sin embargo, lo que realmente desafía las creencias convencionales es la sugerencia del Dr. Silver sobre el contacto entre nuestros ancestros prehistóricos y extraterrestres de Alpha Centauri. La idea es que la humanidad podría haber evolucionado inicialmente en otro planeta y luego haber sido reubicada aquí. Pero ¿por qué? Silver sugiere audazmente que quizás la Tierra funcione como una especie de «colonia de reclusión», un lugar donde aprender a superar nuestra propensión a la violencia.
Mientras que estas teorías del Dr. Silver ciertamente desafían la narrativa convencional sobre el origen humano y evocan escepticismo en muchos, también sirven como una invitación a cuestionar, explorar y soñar sobre el misterioso tapestry de nuestra existencia y origen en este vasto cosmos.